miércoles, 28 de abril de 2010

Hadas Rubias

Como las modelos o, más bién, los diseñadores, llega el momento de cambiar el vestuario, meter los cleenex (por aquello de las alergias)en el bolso, y a lucir palmito calle arriba, calle abajo.
El calor se va notando (esta mañana, sin ir más lejos, he conseguido que me salgan chapetas del sol) despacito y con cautela, pero no tardaremos en estar agotados pidiendo Cocacolas por los bares y espetos los que no tengan medicación y estén en el lugar idóneo (esa va por tí, rubia).
Creo, hablando de rubias, que eres mi primer hada conocido, a pesar de que nos hayamos salvado mutuamente de muchas.
En cualquier caso, no pretendo hacerte a tí una oda (sin ánimo de ser descortés, ni a tí, ni a nuestra amistad); pretendía, eso sí, que las hadas, sean de donde sean, salgan de donde salgan, dejen caer sobre mí algo de su centella: no está siendo una buena época, no está siendo un buen momento, en muchos de los aspectos de mi vida, que ya no se si es la mía o me han prestado la de otra persona, y eso puede ser agotador, por mucho que, insaciablemente todo el mundo te repita una y otra vez - que nada pasa porque sí, -que he tenido mucha suerte,
MUCHA SUERTE



1 comentario:

  1. Suerte la mía, que a pesar de no tenerte cerca, te tengo; Y aunque no sea suficiente para mi necesidad de demostrarte cuánto te quiero, no deja de ser un consuelo saber que en cualquier momento puedo abrazarte en carne y hueso.

    ResponderEliminar